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La Azucarera |
La pérdida de la Guerra de Cuba,
más conocida como Desastre del 98, tuvo para España importantes secuelas. No
procede en este artículo entrar en detalles sobre batalla en cuestión, sino centrarnos
únicamente en uno de tantos inconvenientes sufridos a partir de entonces. En el
caso que hoy nos ocupa, y a consecuencia de haber perdido la soberanía sobre
Cuba y Puerto Rico, España dejó de nutrirse del azúcar proveniente de estas
colonias. Con el fin de evitar el desabastecimiento de la población, fue necesario
aumentar la producción de azúcar en la península, y no tardaron en aparecer
empresas dispuestas a trabajar este nuevo sector.
En 1903 se constituyó la Sociedad
General de Azucareras (SGAE), cuya máxima era aglutinar todas las fábricas de
azúcar del país, controlando el precio y protegiendo el producto nacional
frente a importaciones. Los comienzos de este pretendido monopolio no fueron
buenos, ya que padeció la oposición frontal de la Cámara de Comercio, del
Círculo Mercantil y de las industrias azucareras de Madrid y Barcelona. La
gestión posterior tampoco fue destacable, ya que la sociedad arrastró
importantes pérdidas económicas prácticamente desde sus inicios. No todas las
azucareras estuvieron dispuestas a pertenecer a la SGA, y al margen de la misma,
nacieron empresas que con el tiempo adquirieron la suficiente envergadura como
para hacerle competencia directa. La suma de estos factores dio como resultado
la quiebra de la sociedad en 1916.
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Modelo de contrato entre la SGAE y el productor de remolacha |
--------- LA
AZUCARERA ---------
La azucarera que hoy visitamos
formó parte de una de esas empresas nacidas al margen del monopolio. La sociedad
se constituyó en 1904 y se mantuvo independiente hasta 1911, momento en que
pasó a pertenecer a la Compañía de Industrias Agrícolas (CIA), convirtiéndose
de facto en la fábrica más importante del grupo. Las instalaciones objetivo de
nuestra visita fueron inauguradas en 1908, y tuvieron importantes beneficios
económicos desde sus inicios, convirtiéndose en un potente motor para el
desarrollo de la industria y de la agricultura de la zona.
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Vista aérea de La Azucarera |
Uno de los pilares del éxito es el
sabio aprovechamiento de los recursos disponibles, y encontramos en esta
fábrica azucarera uno de los ejemplos más adecuados. Dicen que del cerdo se aprovecha
todo, pero de la remolacha podría decirse exactamente lo mismo. De los residuos
provenientes de la fabricación del azúcar se pueden elaborar multitud de
productos, y por ese motivo nacieron en torno a nuestra azucarera otra serie de
fábricas: Una refinería en 1916, una alcoholera en 1917, un estuchado que
ampliaba la refinería en 1927, y una fábrica de ácido glutámico en 1957, que
suministraba a fabricantes de pastillas de caldo y sopas. Para obtener el
máximo rendimiento de la remolacha hubiera sido necesaria una fábrica más: la
de gránulos para el ganado.
En la gestión de la fábrica se
emplearon modernos métodos de elaboración y de organización del trabajo, que
dieron como resultado el rotundo éxito de esta azucarera, situándola como la de
mayor capacidad de molturación de remolacha. La plantilla contaba con un director
general y tres jefes de fabricación, uno por cada fábrica. El personal estaba
dividido en dos grupos: Uno de personal fijo, que tenía entre trescientos y
cuatrocientos empleados, y otro de personal eventual, que completaba la
plantilla hasta casi mil quinientos trabajadores. Las aproximadamente 350
mujeres empleadas en la azucarera estaban destinadas fundamentalmente a la
refinería y el estucado, donde se encargaban de cortar los lingotes para la
elaboración de terrones y su posterior envasado.
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La Azucarera, vista desde el otro lado de las vías del tren |
Los primeros barrios para los
empleados se construyeron en 1912. En 1925 se levantaron las escuelas y la
capilla, y en 1930 vio la luz la Casa Cuartel de la Guardia Civil, así como la
casa para Químicos y la casa del Consejo. La fábrica tenía una central
eléctrica que suministraba a todo el complejo, así como una fábrica de hielo. El
complejo era prácticamente un pueblo, ya que contaba con instalaciones
suficientes para vivir con comodidad, destacando la estación de tren. Además de
los edificios ya citados había una capilla, un ultramarinos, un despacho de
carne, una fonda-casino, una sala de recreativos, un campo de fútbol y una piscina.
En las escuelas, y obviando el consabido campo de fútbol para que jugaran los
niños, había una estación climatológica con pluviómetro, donde se tomaban las
temperaturas máximas y mínimas y la cantidad de lluvia caída. Mención especial
merece el mapa de España hecho por los alumnos, que reflejaba la orografía a
escala, y que contaba con un dispositivo que hacía emerger el agua corriente
desde los nacimientos de los afluentes más importantes, que desembocaban en los
ríos principales, y estos a su vez desaguaban en el mar.
La Azucarera funcionó a pleno
rendimiento durante décadas. Los agricultores de la zona encontraron en la
remolacha un cultivo muy rentable, y el ciclo de fabricación del azúcar y sus
derivados mantuvieron a buen ritmo la economía local. En su momento de máximo
esplendor, esta fábrica llegó a elaborar 16.000 toneladas de azúcar anuales, y
en 1911 se convirtió en una de las primeras empresas en cotizar en la Bolsa de
Madrid. Tal fue su éxito que, en 1961, se le concedió el título de Empresa
Modelo.
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Empresa Modelo de 1961 |
Que una fábrica sea rentable no
impide que cese en su actividad, y eso le sucedió a esta y otras azucareras de
la comarca. A mediados del s. XX, y dentro de los planes del gobierno para
evitar la sobreproducción y controlar la competencia entre azucareras, se
produjo a nivel nacional una re-estructuración del sector, provocando el cierre
de numerosas fábricas. Esta azucarera cerró sus puertas de manera definitiva en
1974. El traslado de los operarios a fábricas situadas en otras regiones
provocó un grave descenso de la población local, diezmando a pueblos que vieron
como su número de habitantes descendía, en algunos casos, más del 50 %.
Numerosas familias quedaron fraccionadas, separadas incluso por más de 24 horas
de viaje en tren.
--------- 1 de noviembre de 2019 ---------
En esta ocasión, y a diferencia
de lo que suele ser habitual, realicé esta visita acompañado por amigos, precisamente
gente muy experimentada en esto de la exploración de lugares abandonados. Con
compañía semejante da gusto explorar, no tanto por la tranquilidad que
proporciona saberte acompañado y poder compartir la experiencia, sino por la
enorme cantidad de cosas que uno aprende cuando se rodea de gente con más
conocimientos.
- Por un lado, estaba el creador de una de las
páginas web pioneras y referentes en el mundo del urbex. Comparte afición con
su mujer, que también nos regaló su presencia. Hace muchos años que colgó en su
página un reportaje sobre esta fábrica, y yo lo vi en reiteradas ocasiones.
- Por otro lado, tenemos a los gestores de un
conocido canal de Youtube que goza de notable éxito y acumula decenas de miles
de suscriptores. Ellos elaboraron un magnífico vídeo sobre el día de nuestra
visita, y gracias a su dron podemos ver la fábrica desde una perspectiva
totalmente diferente.
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Compartiva aérea de La Azucarera |
Una larga calle empedrada nos
conduce hacia los terrenos de la azucarera y el barrio de los trabajadores.
Prácticamente al final de la misma, poco antes de toparnos con las vías del
tren, encontramos la verja que da acceso al complejo, delante de la báscula de
pesaje de camiones.
La fábrica impresiona, a pesar de
haber perdido más de la mitad de su corpulencia. Junto a la fachada principal quedan
en pie dos fábricas “de pisos”, así denominadas por estar divididas interiormente
en diferentes alturas, y que bien podrían haber albergado la alcoholera o la
fábrica de ácido glutámico. El azúcar se elaboraba en naves completamente
diáfanas, con estructura de hierro fundido para sostener la techumbre, y con
galerías perimetrales a diferentes alturas para realizar las labores de
mantenimiento. Había tres, una por cada una de las chimeneas solitarias que
quedan en pie, y fueron demolidas para trasladar la maquinaria a otras fábricas.
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Fábrica "de pisos" con su correspondiente chimenea |
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Pasarela de comunicación entre fábricas |
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Llamé al ascensor, pero no vino. Alguien debía tener alguna puerta abierta... |
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...¡Qué tonto! Si no hay luz. ¿Cómo va a venir el ascensor? |
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Las majestuosas chimeneas |
Desde la puerta de acceso, y
siguiendo las vías del tren, avanzamos por la calle principal del complejo y
nos acercamos a las naves que quedan en pie. Me consta que una de ellas, la más
pequeña, hacía las veces de cochera o taller para locomotoras y vagones, y
hasta hace no muchos años cobijó una locomotora en desuso, de la que no queda ni
rastro. Del resto de naves no puedo decir gran cosa: Supongo que harían
funciones de almacén, tanto de materia prima como de producto, aunque no hay nada
que nos haga suponer su función específica.
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Vías de tren en la calle principal del complejo |
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Chimeneas de dos de las fábricas de azúcar |
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Restos de una válvula de regulación |
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Parece mentira que esto sea lo único que quede de una fábrica |
Muchos de los edificios que
faltan fueron demolidos al cierre de la azucarera. Otros, como el bloque de
viviendas que albergaba la fonda y el casino, sucumbieron hace no muchos años.
Lo cierto es que el estado estructural de todos ellos es magnífico, con las
consiguientes deficiencias que produce la falta de mantenimiento. No queda ni
rastro de la plataforma semicircular para la carga de mercancía en los vagones,
con su correspondiente excavadora, aunque sí que se percibe su ubicación en la
vista aérea.
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Naves para almacenaje |
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Una humilde carretilla que se sorprende de recibir visitas |
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Esta es la única nave con techos abovedados |
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Lo poco que queda de una tolva |
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Cuando una ventana se cierra, una puerta se abre. ¿O no era así? |
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Piscinas de decantación |
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Interior de la cochera para locomotoras |
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La noche se acerca, y nuestra visita se acerca a su fin |
Curiosa coincidencia. Hace quince años, en su primera visita, uno de mis acompañantes se encontró con un coche
antiguo circulando por la calle empedrada. Lo inmortalizó en una fotografía y
lo añadió a su reportaje. En esta ocasión, he sido yo el que se encontrara con
un coche idéntico, y prácticamente en el mismo sitio, aunque parece que se
encuentra en mejores condiciones. ¿Será el mismo coche?
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Un Chrysler 180 se coló en la visita realizada en 2006 |
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Y un Chrysler 180 vuelve a colarse, esta vez en 2019
Foto de www.carreterasabandonadas.com |
--------- EPÍLOGO ---------
Nunca sabes dónde te van a llevar tus pasos, a quién conocerás,
o si alcanzarás tus objetivos. Si hace quince años, en el momento de ver
por primera vez aquel reportaje sobre La azucarera, me llegan a decir las vueltas
que iba a dar mi vida, a quién iba a conocer y las cosas que iba a hacer, no me
lo hubiera creído. A veces nos volvemos locos analizando el mañana y pensando
en el pasado, cuando lo que debemos hacer es centrarnos en vivir el presente y
disfrutar cada momento. Todo puede cambiar de la noche a la mañana, y si no,
que se lo cuenten a esta pobre fábrica.
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La Azucarera |
--------- REFERENCIAS ---------
- Libros
- La industria del azúcar de remolacha - José Baquero Franco, 1987 - Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación
Buenos días, las fotografías aéreas en blanco y negro y la comparativa del vuelo americano cuál es su fuente? ¿Se podría conocer para poder incluirlas en un trabajo? Muchas gracias de antemano, un cordial saludo.
ResponderEliminarNacho
Buenos días. Las fotos proceden de los vuelos realizados por el Instituto Geográfico Nacional. Espero que también incluya este blog en su trabajo ;-)
EliminarGenial, muchas gracias por la información. Desde luego que incluyo este blog, es muy interesante. Un saludo!
EliminarBuenas tardes de nuevo! Me gustaría saber, si se puede y conocéis, ya que me han pedido con exactitud la fuente de la tercera fotografía de esta entrada del blog en la que aparece en blanco y negro Vista aérea de la Azucarera. Es la foto en la que se ve el complejo entero desde arriba. Muchas gracias otra vez, un saludo!!
EliminarLamento decirte que no puedo facilitarte la fuente: la foto procede del ayuntamiento de la localidad, y no facilito la localización de los sitios que visito.
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